No es la primera vez que nos hacemos aquí eco, después de alguna dana o alguna borrasca Gloria, de lluvias intensas y nieve, de que Xixona y otros municipios próximos al litoral de la provincia podrían disponer de embalses pequeños o medios para recoger al menos parte de esa agua que se desaprovecha en plena crisis del cambio climático, tal y como ya planteó en la Prensa en el año 2017 el entonces secretario autonómico de la Conselleria de Agricultura
12 abril 2022, riu Coscó, afluent del riu Sec, al seu pas pel Cuarnero de #Xixona.
Quina pena d'aigua dolça ! https://t.co/eGjErJ0JAk pic.twitter.com/dbt4OAxlEf
— Bernat SirventColoma (@BernatSirvent) April 12, 2022
Hoy reiteramos el mensaje aquí después de disfrutar del sonido y el color del agua, en el parque de El Cuarnero, en la zona sureste de Xixona. Pero también de reflexionar sobre los metros y metros cúbicos, miles de metros cúbicos, que se desaprovechan directamente al mar en un municipio de gran tradición industrial que necesita de importantes cantidades de agua, sobre todo, para limpiar las fábricas.
Y paralelamente también saldrá el listillo de turno (sabut en lengua valenciana) que nos aleccionará sobre la función medioambiental
Paralelamente, hace un cuarto de siglo que se reclama el mantenimiento de máximo caudal en el trasvase Tajo-Segura, uno de los ejes de la discusión política más notables, sobre todo en tiempos de campañas electorales, precisamente porque el asunto está extremadamente politizado.
Y paralelamente también saldrá el listillo de turno (sabut en lengua valenciana) que nos aleccionará sobre la función medioambiental del agua circulando por torrentes y ríos, argumento que se cae por su propio peso en una zona como la provincia de Alicante con un déficit hídrico estructural, agravado por la sequía provocada por el galopante cambio climático o calentamiento del planeta.
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