Agua de nieve dels Plans, aire de hielo de Aitana

Subir y subir y seguir subiendo hasta los 1.333,70 metros de altitud, en esta cima ya en el término municipal de Alcoi, limítrofe con Benifallim, La Torre de les Maçanes y Xixona, desde la que se contemplan blancos y verdes con enorme perspectiva y majestuosidad en los cuatro puntos cardinales, una excursión siempre agradable, una experiencia senderista excepcional con Benidorm, Alicante, Alcoi y el pueblo del turrón tan lejos y, a la vez, tan cerca

Conscientes, más aún si cabe, de la importancia que tiene la calidad y cantidad del aire que respiramos emprendemos con paso firme, tras episodios varios y persistentes de lluvias intensas e incluso nieves cuajadas de aromas florales de abril, el ascenso a Els Plans.

Una cima perteneciente al término municipal de Alcoi, limítrofe con Benifallim, con La Torre de les Maçanes y con Xixona.

 

Pero para nosotros, es la montaña más elevada del pueblo del turrón y con más interesantes perspectivas y panorámicas hacia los cuatro puntos cardinales, a los que observas serenamente en días despejados y soleados, que no claros, como los de ayer jueves 7 de abril.

El ascenso es inversamente proporcional al brillo omnipresente del azul turquesa del Mediterráneo, pero directamente proporcional al blanco fulgurante de la sierra de Aitana, que un día antes había recibido, de imprevisto y con la nocturnidad propia de la madrugada, generosa cantidad de precipitación en forma de nieve.

Es nieve limpia y algodonada. Impoluta. También la hallamos, para sorpresa nuestra y de nuestra acompañante de lujo hoy, en el último repecho que te lleva a la cima de Els Plans, a espaldas del puerto de Benifallim y encima del nevero y pou de la neu del Rentonar.

Una nieve esponjosa y sana que una pareja de turistas extranjeros, de gestos anglosajones pertrechados con palos de montaña, procedentes de La Torre de les Maçanes, usan, como nosotros, no sólo para beber agua pura de montaña soleada, sino también para lavarnos las manos tras el momento bocadillo, carlota, frutos secos y chocolates varios.

Y nieve que se deshace en contacto con la piel para asearnos y quizás buen protector solar mezclado con la crema aplicada como ungüento verdadero a media mañana.

Arrancamos. Y lo hacemos hoy desde el Pou del Surdo o de la Neu, lugar tan icónico como la omnipresente cima de la perenne sierra de Aitana, hoy tan reluciente de blanco como de azul claro el cielo escampado de este pedazo de tierra junto al Mediterráneo, en el corazón de l’Alacantí, mirando ya hacia tierras alcoyanas y del Comtat.

Un blanco que se torna a cada giro, a cada ascenso, al asomarnos hacia el valle amplio de La Torre y de Penáguila, en un poco más gris fruto del deshielo que produce el ascenso vertiginoso de las temperaturas. Pero blanco al cabo que se mantendrá otra madrugada en el punto más elevado de la perenne Aitana.

Blanco reluciente y fulgurante, el que nos acompañará hoy en toda la marcha. Con ese aire a sabor a hielo de la mágica montaña que hasta las almas amamanta. Oxígeno purificado arrastrado por el viento de levante.

Y hallamos en el ultísiimo repecho nieve impoluta, esponjosa y durmiente; nieve anclada a la sombra de encinas y carrascas que nos permite hidratarnos

Y en eso que llegamos al último repecho, tras culminar los primeros ascensos y el descenso al cruce con el bosquecillo de encinas y carrascas que te dirigen a la Sarga, y hallamos nieve impoluta, esponjosa y durmiente. Nieve anclada a la sombra de encinas y carrascas que nos permite hidratarnos a cada paso en el último y desnivelado repecho hasta nuestra meta en la cima de Els Plans.

 

Y hasta el blanco del avión a muy altísima altura, quizá algún mercante o del ejército del aire, corrobora el día traslúcido de cielo sin nubes de agua de un marzo increíblemente húmedo.

Agua en las fuentes de más abajo, en las partias de Bugaia de Xixona, por ejemplo, pero también agua en el sendero de los picos elevados.

Agua que brota a mitad del camino como si hubieran nacido fuentes del subsuelo de súbito tras darle una patada a una piedra. Nacimientos cristalinos que corren sendero abajo para alegría del mar de encinas y pinares y enhebros y romeros.

 

En regresando, otro ítem icónico bajo nuestro modo de ver y omnipresente: Montagut, montaña con cerro envuelto de pinos blancos y carrascos desde donde se observa la auténtica selva jijonenca, el verdadero pulmón verde del pueblo del turrón, una amplia zona de montañas menores que forman un pequeño mar vegetal que desciende hasta el pueblo en aquello que se llama Canyarets, Llentisclar, Capúa y Gurugú.

 

 

Y aún hay tiempo para observar la Grana sobrevolada por un helicóptero de los del ejército, este sí de verdad, nada de suposiciones, desciendo por el valle de Abió enfrente del Cabeçò d’Or hacia el cabo de las Huertas y Alicante, al fondo con neblina soleada que nos impide hoy usar el smartfone con cierta seguridad y resultado insatisfactorio.

Y una tristeza enorme por observar, una vez más y así llevamos unas cuantas desde principios de febrero, el hotel y restaurante Pou de la Neu, de propiedad del Ayuntamiento de Xixona, cerrado a cal y canto, pues desde entonces sólo abre fines de semana.

Y observar un cartel confuso y mentiroso de cerrado por descanso del personal, cuando el cierre se ejecuta por otros motivos bien distintos.

Agua de nieve dels Plans, aire de hielo de Aitana.

Un placer diamantino para todos los días de la semana. ¡Incluida la Semana Santa!

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

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