Benidorm, Benidorm, Benidorm, tierra de luz y alegría…

Así hemos hallado y hemos retratado la capital turística indiscutible de la Costa Blanca, con sus virtudes y defectos, una ciudad que vive a todas horas abocada casi por completo a su playa y paseo marítimo y que dista apenas una hora de Jijona, la cuna del turrón, adonde antaño llegaban por la ruta dulce cientos de turistas ingleses en autobuses a sus fábricas

 

De noche y de dia, el skiline que hace famosa a esta ciudad turística y que es, en esencia, un ejemplo de sostenibilidad en la construcción y edificación residencial y turística.

 

 

Con el pedazo de islote, llamado de los periodistas, adonde se llega en barco a precio módico de 15 pavos desde lo que queda de puerto pesquero, en la escollera junto a la playa de Poniente.

Icono y omnipresencia, la misma que ofrece, a espaldas de la playa, el Puig Campana, sierra a la que alguien le dio un bocado y quizá un gigante echó el monumental canto rodado al mar Mediterráneo, según diversas leyendas populares.

 

Comuniones y bautizos, salvo excepciones en la iglesia de Sant Jaume, junto al castillo y el Canfali, pocos.

 

Porque aquí se llevan las despedidas de solteros y solteras, sobre todo anglosajones, pero también de españoles mesetarios.

 

 

Una luz especial desde primera hora de la mañana, aun en días de temperaturas por debajo de lo normal, con temporales marítimo y montañoso en ciernes.

 

 

 

 

 

Es la luz, es el mar, es la gastronomía, la fiesta loca de noche y de día, el ambiente inagotable de despedidas de solteros y solteras ingleses o mesetarios, paseos tranquilos de turistas del Imserso, es Benidorm, Benidorm, Benidorm!!!

 

 

 

 

 

Y en la Jijonenca de la familia Morant Picó helado de turrón turrón, por supuesto de Jijona con denominación, con azúcar y sin este edulcorante para personas diabéticas. Atención personalizada en el Rincón de Loix, donde Josep abrió este negocio hace la friolera de cuarenta años. Cuando Rincón de Loix era poco menos que un trozo de bancales y de montañita escalando hacia Serra Gelada.

 

 

 

 

 

 

 

 

Benidorm hay que conocerla y entenderla, pero es un valor siempre en alza. Los hoteles de toda la vida van recobrando el pulso, sobre todo gracias a los turistas británicos, y regresan los pajaritos a salones de baile y paquito el chocolatero a muchos discobares, de primera a enésima línea de playa.

 

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

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