Carbonell: el turrón que voló en la explosión de la Armería El Gat

Francisco Carbonell, originario de Jijona, montó en el pueblo una pequeña fábrica en el año 1840 y, tras vender de manera ambulante por los pueblos, su hijo estableció la turronería al lado del Ayuntamiento, la cual quedó totalmente destruida en 1943 por la potente detonación

Uno de los actuales encargados de la Turronería Carbonell de Alicante fotografia esta semana la nueva fachada tras la reciente reforma./BERNAT SIRVENT

Oh, this nougat made in Jijona, is fantàstic!. La frase la pronunciaba a media tarde del martes santo una turista de indisimulado origen británico junto a un grupo más amplio de compatriotas, alguno de ellos asidos a un cucurucho de varios gustos de una casa heladera próxima. El grupo de turistas miraba el escaparate de turrones y dulces de Jijona, cuyas cristaleras dejan traslucir marcas tan reconocidas y populares como Antiu Xixona, La Fama, El Artesano, El Abuelo e Hijos de Manuel Picó.

Los turistas, que poco tardaron en acceder al histórico local regentado ahora por José Luis e Ignacio Carbonell, que ya son quinta generación del negocio, lo hacían totalmente ajenos a la historia paralela que vivió el lugar: la monumental explosión de la armería El Gat a principios de la década de los años 40 del pasado siglo. El negocio tuvo que empezar desde cero, en otra calle y gracias a la estrecha solidaridad del gobernador civil en persona de la época, que le cedió a la familia Carbonell un local en la cercana Rambla de Alicante.

La historia de la turronería Carbonell está irremisiblemente ligada a la destructiva detonación en la armería colindante. Pero es, sin embargo, muy anterior a ese fatídico 31 de julio de 1943, que redujo a escombros no solo el edificio que acogía la tienda de cartuchos de caza, sino también los dos de al lado.

Primera factura de la turronería Carbonell fechada en el año 1914./FOTO BERNAT SIRVENT

Primera factura de la turronería Carbonell fechada en el año 1914./FOTO BERNAT SIRVENT

Fue en el año 1840 cuando Francisco Carbonell creó en Jijona una pequeña fábrica de turrones en la calle Galera, junto al Raval. Una calle, por cierto, también tristemente recordada por el recinte derrumbe que hubo de un edificio el pasado mes de septiembre y que, por fortuna, no causó muertos, a diferencia de la tremenda explosión de la armería El Gat de Alicante.

El fundador de la casa pasó los primeros años de su vida vendiendo en pueblos y ferias de manera ambulante las exquisiteces dulces de Jijona. Fue su hijo José Carbonell Miralles el que montó una sucursal en Alicante, en la calle Princesa (actual Rafael Altamira, que desemboca en la plaza del Ayuntamiento). Con posterioridad, la tienda se trasladó enfrente de la misma calle, con tal mal fortuna que era justo al lado de la Armería El Gat. Aquí ya se amplio el negocio con turrones, horchata y confiteria.

Imagen del año 1943 de la calle Rafael Altamira tres la tremenda explosión de la Armería El Gat.

Imagen del año 1943 de la calle Rafael Altamira tras la tremenda explosión de la Armería El Gat.

Tras la explosión, y gracias al governador civil de la época, el negocio turronero de los Carbonell pudo seguir en la pròxima Rambla. Con posterioridad, la tienda se abrió en la calle Castaños, justo enfrente de las taquilles del Teatro Principal. No fue hasta el año 1953 cuando volvió a abrir la sucursal en su emplazamiento primigenio, en la calle Rafael Altamira número 26.

El negocio siempre ha tenido caràcter familiar y hace gala de ello, como explica José Luis y su cuñado, actuales gestores de la tienda, mientras atienden a turistes extranjeros ávidos de comprar turrón de Jijona y, también, algun licor típico de las comarcas alicantinas con el que regarlo.

Un empleado de Turrones Carbonell atiende, el martes, a dos clientes que quieren licores y turrones de JIjona./FOTO BERNAT SIRVENT

Un empleado de Turrones Carbonell atiende, el martes, a dos clientes que quieren licores y turrones de Jijona./FOTO BERNAT SIRVENT

Al fundador Francisco Carbonell le siguió Jose Carbonell , luego sus hijos Luis y Angel Carbonell. En el año 1977 se hizo cargo de la empresa Jose Luis Carbonell García, hijo de Luis Carbonell, y desde el 2010 la dirigen sus hijos Ignacio y Jose Luis Carbonell.

Quinta generación con empuje y ganas de situar en lo más alto el pabellón del turrón made in Jijona. Sólo traspassar la puerta de entrada lo intuyes y hueles que el turrón, aun envasado, envuelve la tienda y cada uno de sus movimientos. También, los Chocolates de La Vila y los dátiles de Elche. Excelencia, pasión y placer adulto para todo paladar que se precie.

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

2 Comments

  1. Manuel Responder

    Buenas tardes:
    Son una Familia estupenda, con productos de 1ª calidad, serviciales y muy agradecidos todo un referente para el turismo local, como Internacional. Mi enhorabuena.

    1. Bernat Sirvent Post author Responder

      Gracias por participar en el foro abierto del Blog Made in Jijona, la cuna del turrón y el helado con vistas al Mediterráneo

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