Conforme subes als Plans, a 1.330 metros, el Mediterráneo crece

En días de nubes y claros, de claroscuros en el infinito turquesa, más allá de Jijona la dulce, se experimenta una extraña sensación en la que, a más altitud, el mar de Alicante no se empequeñece sino que, por efecto óptico que nada tiene que ver con el gran angular ni el teleobjetivo, se hace mucho más diáfano porque se agranda hasta el alma

Es lunes, último día de mayo, a eso de las tres de la tarde, con un cielo ciertamente encapotado. Amenaza lluvia, pero si se da la dejaremos felizmente que caiga, si puede ser suavemente. No nos falla el pronóstico.

Lluvia fina como agua de mayo que reverdecerá aún más los tallos del húmedo abril, visibles por los cuatro puntos cardinales y con una pizca de color y olor oro en encinas y carrascas. Tonalidades de ensueño.

 

Nuestro punto de arranque rutero (de hoy y de muchas jornadas con otros destinos verdes) es el Pou de la Neu, donde felizmente reabrió hace ya casi un año un singular hotel&restaurant.

Un lugar único, como nos dice cada vez que nos saludamos Luis Pastor, el encargado del establecimiento, embelesado como reconoce estar de tanta belleza natural rodeado.

 

Es que es iniciar la caminata sin siquiera haber culminado el primer repecho de los cuatro que nos aguardan en la ruta, o sea el de la antena de TV3, y no podemos resistirnos a una única tentación: los móviles de hoy en día dan para mucho y, si aciertas con el momento de luz deseado u óptimo y con el enfoque, a lo mejor captas una chula instantánea. Porque el verde se enseñorea de todo.

 

Mires hacia donde mires en los cuatro puntos cardinales, si bien que nuestra observancia tiene una clara querencia hacia el Mediterráneo con el castillo de Santa Bárbara ascendiendo en diminuto y el cabo de Santa Pola dibujando la curva de ese trozo de mar.

 

En un día de asueto silencioso y de lívida lluvia que parece interactuar con la soledad, sólo rota por el caminar firme y cadencioso de un senderista xixonenc llegado a media tarde y por el pedaleo impetuoso de un deportista ibense haciendo piruetas a dos ruedas por entre un mar de carrascas.

 

Nos referimos al rebaño de ovejas y carneros de buen trapío y mejor balidos, ajenas seguramente a todo cuanto pasa a su alrededor

Más unas imprevistas acompañantes en el tramo final, en el repecho último y más duro de medio kilómetro hasta la cumbre de Els Plans, a 1.330 metros de altitud.

Nos referimos al rebaño de ovejas y carneros de buen trapío y mejor balidos, ajenas seguramente a todo cuanto pasa a su alrededor. En esta cima sin igual, perteneciente al término municipal de Alcoi, pero que consideramos un poco jijonenca por estar en el límite y proporcionar inmensas perspectivas de gran parte de la provincia, además de paz interior.

 

Y como colofón a la subida rodeada de olor a hierbas aromáticas y a verde in crescendo, la panorámica a lo lejos, que más pareciera cerca, del skiline de Benidorm y sus rascacielos

 

 

 

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

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