‘El Comidista’ también critica que se llame turrón a cualquier cosa

«Hace tiempo que muchos de los productos que venden en los supermercados con ese nombre tienen entre poco y nada que ver con esa definición», explica en un artículo la sección de gastronomía del diario El País que dirige Mikel López Iturriaga, en el que se analizan y puntúan 20 turrones ‘un tanto especiales’ y se llega a calificar al yogu-fresa de Delaviuda de «monstruosidad y espanto»

El blog del turrón ‘Made in Jijona, se hacía eco hace unos días de la petición por parte de ciudadanos e incluso comerciantes y empresarios en activo y jubilados del mundo del turrón de Xixona para que el Consejo Regulador de la IGP Jijona y Turrón de Alicante interceda ante la Administración o Administraciones correspondientes y competentes  para que se ordene y regule el uso (o mejor abuso) que se le está dando al vocablo turrón, con 500 años de tradición e historia  demostradas en este municipio de Alicante.

Hace unos días, la sección gastronómica del diario general y global El País, El Comidista, hacía lo propio: critica el uso que se está haciendo del término turrón en los lineales de los supermercados.

El arranque del artículo titulado ‘Turrones de sabores, de peor a mejor’ no deja lugar para las dudas:

«Según la Real Academia Española, un turrón es un ‘dulce, por lo general en forma de tableta, hecho de almendras, piñones, avellanas o nueces, tostado todo y mezclado con miel y azúcar’; pero hace tiempo que muchos de los productos que venden en los supermercados con ese nombre tienen entre poco y nada que ver con esa definición. El mundo del praliné y la fantasía “chocolatera” —las comillas son necesarias, como veremos más adelante al echar el ojo a algunas composiciones— campan a sus anchas, el anacardo y el cacahuete le están comiendo el mercado a los frutos secos originales y la competición por ver quién hace el sabor más epatante —aunque a veces parece más bien “espantante”— está desbocada».

Y prosigue la redactora Mònica Escudero: «Como no es oro todo lo que reluce, la curiosidad mata al gato y todas esas cosas que dice el refranero, hemos probado algunos de estos turrones por vosotros, y los hemos ordenado desde el fistro a evitar hasta lo altamente recomendable. Algunos imitan sabores como la tarta de queso, otros se atreven con el Tabasco o el tomate —y salen muy bien parados— y algunos casi se han convertido ya en un clásico, como el de chocolate con leche y arroz inflado. Para puntuarlos hemos unificado dos criterios: su sabor y textura en todos los casos y, en los que procede, también la fidelidad al sabor original».

El artículo original  deja peor parado de todos a un turrón de la marca Delaviuda de Sonseca (Toledo), sí, la que compró hace dos décadas la histórica empresa El Almendro de Jijona. Le otorga un ….¡¡¡ 0,5 de puntuación sobre 10 !!!

Apesta a chicle de fresa ácida y su sabor no recuerda ni remotamente a nada que exista en la naturaleza, dice Mikel López Iturriaga

“Lo mejor que puedo decir de este engendro es que su nombre avisa. Nada bueno se puede esperar de algo que se llama ‘yogu-fresa’, así que si te lo compras ya sabes a lo que te expones», explica el jefe de todo esto, Mikel López Iturriaga. Por si a alguien le pica la curiosidad, informa de que este «»»turrón»»» —triplica las comillas porque llamarlo así es una ofensa al turrón de verdad— apesta a chicle de fresa ácida y su sabor no recuerda ni remotamente a nada que exista en la naturaleza. «Bueno, sí, un poco a un queso rancio batido con una tonelada de azúcar. Se me escapa qué tipo de público puede sentirse atraído por esta monstruosidad, o cómo debes tener el paladar de pervertido por las chucherías para disfrutarla. Un absoluto espanto”. Puntuación: 0,5. Precio: sobre 4 euros.

Les recomendamos que lean el artículo entero, con la puntuación y comentarios de los 20 turrones, por llamarles de alguna manera, que han sido analizados en la cata de El Comidista.

https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2020/12/03/articulo/1607012561_374233.html

 

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

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