El turrón de Jijona y el mundo de los toros

La tauromaquia se usó como recurso publicitario en los envases y en otros objetos como calendarios, pais-pais, carteles o banderines a mitad del siglo pasado por importantes empresas como La Industrial Turronera, El Romero, Emilio G. Mira, Masiá Hermanos, La Colmena, El Almendro, El Lobo y Antiu Xixona

Anverso de la tarifa de precios de la empresa Ismael Sirvent Soler (El Romero), una de las pioneras en usar la tauromaquia en sus marcas y pulicidad./REPRODUCCIÓN DE FSBSS

Anverso de la tarifa de precios de la empresa Ismael Sirvent Soler (El Romero), una de las pioneras en usar la tauromaquia en sus marcas y pulicidad./REPRODUCCIÓN DE FSBSS

El mundo del toro, la tauromaquia, ha sido un recurso utilizado en la industria artesana del turrón de Jijona para captar clientes y consumidores, como ocurrió durante la mitad del pasado siglo en otros sectores productivos españoles, especialmente en los vinculados a la industria alimentaria. El cronista oficial de Jijona, Bernardo Garrigós Sirvent, revela interesantísimos detalles sobre esa estrecha relación entre la publicidad de importantes e históricas marcas de turrón jijonenco y los toros o los toreros en un artículo en la edición de este año de ‘El Programa’, una de las publicaciones más antiguas de Jijona con un siglo de antigüedad (al igual que el histórico acto del Moro Traidor), como explica al blog Made in Jijona el coordinador de la revista, Marc Ros Planelles.

Bajo el título de ‘El typical spanish en la publicidad del turrón a mediados del siglo XX, Toros y Toreros’, Bernardo Garrigós traza un itinerario histórico sobre el uso de la tauromaquia en la publicidad directa de las empresas turroneras desde que, el año 1948, La Industrial Turronera (que producía y vendía la popular marca turronera La Jijonenca) lanzara la marca ‘El Torero’. Una marca histórica de Jijona que, como bien recuerda el cronista oficial (la temática formó parte de la última exposición sobre la industria del turrón en la Casa de Cultura en diciembre con motivo de la Feria del Turrón y Navidad), fue aprobada por la Oficina de Patentes y Marcas y publicada preceptivamente en el Boletín Oficial de la Propiedad Industrial. Se trata de un anagrama circular con la imagen del albero de una plazaz de toros y, en el centro, un torero vestido de luces brindando un toro a los tendidos con la montera y sujetando con la izquierda el capote.

En el año 1952, esta histórica mercantil jijonenca ofrecía gran número de variedades bajo la marca ‘El Torero’: Jijona o blando, avellana, Alicante o duro, guirlache, yema, nieve y turrón de fruta (calabaza confitada).

Envase de turrón de Monerris Planes (El Almendro) con un torero en plena suerte del pase de pecho./REPRODUCCIÓN FSBSS

Envase de turrón de Monerris Planes (El Almendro) con un torero en plena suerte del pase de pecho./REPRODUCCIÓN FSBSS

La segunda mercantil que observó posibilidades comerciales y de marketing en el uso de la tauromaquia en sus envases fue Ismael Sirvent Soler en el año 1951. ‘El Picaor’, denominación taurómaca donde las haya y con toque andaluz, fue la marca que lanzó, bajo un anagrama en el que se observa un picador a caballo en plena acción del puyazo al astado. Ismael Sirvent Soler adecua la escena a los envases de los dulces, pero también a sus calendarios y a sus tarifas de precios, incluso ampliada en un motivo bajo el título de ‘Corriendo el toro en tiempos de Fernando VII’. La escena del picador de toros también fue usada en la década de los años 70 del pasado siglo por la empresa Hijos de Manuel Sirvent Soler, propietario de la marca ‘El Lobo’, tal y como puede verse en un envase expuesto, advierte Bernando Garrigós, en el Museo del Turrón de la mercantil actual Almendra y Miel.

Otra marca que anexionó el mundo del toro y el del turrón fue Hijos de Emilio G. Mira, la cual lanzó en 1962 la marca ‘El Ruedo’ para sus dulces, con una vista aérea de la plaza Monumental de Barcelona. Aunque sólo ligeramente, la empresa Masiá Hermanos y Cia también lanzó en 1963 una presentación taurómaca con la marca Curro, que reproducía un dibujo de un cantaor con traje campero como el empleado en Cóprdoba y que también se usaba en las novilladas, explica Bernardo Garrigós en su interesante artículo divulgativo e histórico.

Primera marca de turrón de Jijona con iconografía taurina registrada por La Industrial Turronera en 1948./REPRODUCCIÓN FSBSS

Primera marca de turrón de Jijona con iconografía taurina (‘El Torero’) registrada por La Industrial Turronera en 1948./REPRODUCCIÓN FSBSS

Con una iconografía similar, un año después lanzó la empresa Planelles Monerris un nuevo emblema, aunque en este caso el personaje es un niño con camisa con choerreras, faja y chaquetilla con una barra de turrón en la mano. Estas dos últimas marcas «no constituyen ninguna naovedad, sino que son deudoras de un diseño anterior y que, en la década de los 60 tenía mucha fama, cual es la marca de vino Tío Pepe de las bodegas González Byass de Jerez», argumenta el cronista oficial de Xixona.

El arte del toro también estuvo presente a finales de los años 50 en el envase de los productos de la mercantil Sucesores de Vda. de Wenceslao Monerris Rovira, de las marcas La Colmena y San Jorge. Se observa en el estuche navideño una imagen a todo color en la que un torero de rodillas recibe al toro con el capote. Monerris Planelles, la empresa que vendió la marca El Almendro hasta mediados de la década de los 90, también usó para su marca estrella una escena de toros con un torero dando un pase de pecho con la muleta y bajo la denominación destacada de ‘Turrón Español’.

También a finales de los años 60 lanzó una marca con sabor torero la empresa Hijos de Manuel S. Soler, de la marca El Lobo, en cuya tapa de la caja prismática aparecía un torero con traje de luces amarillo dando un pase de pecho con la muleta. A principios de los años 70, la mercantil A. Monerris Llinares vendió tortas imperiales en envases de hojalata con motivos toreros también con la reproducción torera de la suerte del muletazo al natural.

Monerris Planelles patrocinó corridas por toda España en las que actuaba el novillero apodado ‘El Almendro’

En la década de los años 60, el recurso publicitario de la tauromaquia dio un salto cualitativo al pasar de los envases a los objetos de publicidad y marketing directos de las empresas turroneras, como los calendarios, banderines, pai pai o cartelería en general. Una de las empresas más activas en este campo fue Turrones El Lobo.

Los productos que se ofrecían (bajo la iconografía taurina más estereotipada) eran de una calidad inferior con la finalidad de conseguir mejmores precios y abarcar a la mayor cantidad de consumidores posible

Pero quien dio el verdadero salto de calidad en el uso del mundo del toro y su negocio turronero fue la empresa Monerris Planelles, propietaria de El Almendro por aquel entonces, la cual lanzó en el verano de 1966 una suerte de patrocinio de corridas de toros a lo largo de la geografía española. Durante estos festejos, actuaba un novillero apodado, curiosamente, ‘El Almendro’.

Banderines de Turrones Galiana y Antiu Xixona con escenas de tauromaquia./REPRODUCCIÓN FSBSS

Banderines de Turrones Galiana y Antiu Xixona con escenas de tauromaquia./REPRODUCCIÓN FSBSS

Otro dispositivo publictario muy usado fue el banderín. Empresas como Monerris Planelles, A. Galiana y Antiu Xixona apostaron claramente por este sistema, como recuerda Bernardo Garrigós citando los banderines que se conservan en la colección del Ayuntamiento de Xixona.

El cronista oficial xixonenc concluye que «los productos que se ofrecían (bajo la iconografía taurina más estereotipada) eran de una calidad inferior con la finalidad de conseguir mejmores precios y abarcar a la mayor cantidad de consumidores posible, y muchos de ellos estaban destinados a la exportación».

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