A la espera de que la Generalitat Valenciana, titular de la carretera autonómica CV-800, se pronuncie sobre las peticiones que por unanimidad aprobó el Pleno de Xixona, la Mona deja entrever que una buena regulación puede convertir el puerto de montaña en un atractivo del turismo deportivo y rural de primer orden

Dos corredores de Xixona en la bajada del Puerto de la Carrasqueta el Lunes de Pascua./FOTO BERNAT SIRVENT
La Carrasqueta, el puerto de montaña a tiro de piedra del mar Mediterráneo que abriga el imponente valle de Xixona y unas vistas panorámicas que embelesan más que la miel de romero, podría convertirse en un atractivo del turismo rural y deportivo de primer orden con una óptima regulación del trafico y de los recursos naturales y de infraestructuras. Made in Jijona ha sido testigo en plena Mona, concretamente el Lunes de Pascua, de que pueden convivir de manera natural los motociclistas, los automovilistas, los ciclistas y los runners.

Un motociclista de gran cilindrada circula al lado de dos corredores que emprenden la bajada de la Carrasqueta el Lunes de Pascua./FOTO BERNAT SIRVENT
La carretera que une el casco urbano de Xixona con el alto de la Carrasqueta no ha estado exenta de polémica desde hace muchos años, más si cabe desde hace una década, al ser punto de encuentro de miles de motociclistas, especialmente durante los fines de semana, y por las denuncias que ha provocado a nivel vecinal y político por las excessivas velocidades que se alcanzan en la zona.
Como se sabe, las presuntas ‘carreras’ han llegado a oídos del mismísimo Gobierrno de España, al Congreso y al Senado mediante sendas mociones y escritos presentados hace un par de años por el senador de Compromís Carles Mulet y por el grupo Mixto en el Congreso de los Diputados de esta misma formación, que ha liderado las reclamaciones en los últimos años. También ha sido conocedor de estas prácticas la dirección general de Tráfico y hasta el Ministerio del Interior, a través de un acuerdo de Les Corts, por unanimidad, en el que se pedía la instalación de radares fijos y móviles en la CV-800 en ascenso a La Carrasqueta, así como una mayor presencia de los agentes de la Agrupación de la Guardia Civil de Tráfico.
La última gestión para ordenar el trafico y conciliar todos los usos recreatives que ofrece el omnipresente puerto de montaña la protagonizó hace pocas semanas el Pleno del Ayuntamiento de Xixona. A petición del grupo Més Xixona, socio de gobierno del PSOE, el Ayuntamiento que preside la socialista Isabel López Galera aprobó en febrero, por unanimidad, una moción para exigir a la Generalitat Valenciana mejoras en las infraestructuras de la carretera regional CV-800, de la cual es propietaria.
El Ayuntamiento pide rotondas, carriles de aceleración y líneas discontinuas
Para tratar de mejorar y evitar problemas en la CV-800 a su paso por La Carrasqueta, la moción aprobada por el Ayuntamiento solicita la construcción de rotondas, carriles de incorporación o de aceleración, así como líneas discontinuas. El pintado, repintado y vuelva a pintar ha sido constante en los últimos años en la polémica carretera de la Carrasqueta sin que se haya resuelto el problema circulatorio, ni mucho menos.
Eso si, para mal mayor, no te topes a la salida de Xixona con un camión de los cientos que llegan por esa ruta para descargar los residuos sólidos urbanos de los municipios de la Montaña. Porque, en ese caso, puedes tardar cerca de una hora en ascender el Puerto y descenderlo hasta tomar la autovia del interior A-70 cerca de los túneles del Barranc de la Batalla.
La moción respaldada por todos los grupos políticos (PSOE, C’s, Més Xixona, Compromís i PP) pone de manifiesto que «hay una gran cantidad de motocicletas de gran cilindrada por esta carretera los fines de semana. Algunas de estas circulan a velocidades completamente desorbitadas cuando, en estas carreteras, en pocos tramos el límite supera los 80 km/h. Además, suelen hacer tumbados en las curvas, caballitos y adelantamientos muy peligrosos, a menudo en línea continua. Los conductores de estos vehículos actúan como si estuvieran en un circuito de velocidad, sin importarles el peligro que representan para las otras personas que transitan por aquellas vías o, como mínimo, sin ser conscientes. Sabemos que la mayoría de motoristas van a disfrutar de la carretera y el paisaje, al igual que lo hacen los ciclistas y excursionistas».

Motos, coches y ciclistes, el Lunes de Pascua, en mitad del Puerto de la Carrasqueta, junto al entrador de Bugaia./FOTO BERNAT SIRVENT
Mientras llega alguna decisión, o no, por parte de la consellera de Obras Públicas, Maria José Salvador, bueno sería que el Ayuntamiento pensara y repensara un plan a la carta para convertir La Carrasqueta en un potente producto turístico de interior, con las dos ofertas diferenciades de turismo deportivo y rural, por no hablar del fotográfico.
A principios de la década de los años 80, el entonces concejal de Alianza Popular, Guillermo Sirvent Sirvent, proposo en el Pleno del Ayuntamiento la creación de uno o varios miradores en la parte más elevada de la carretera del Puerto de la Carrasqueta. Cuarenta años después, nada se ha hecho ni por parte del Ayuntamiento ni por parte de la Generalitat Valenciana.
Este último organismo anuncio a mitad de la última legislatura en la que gobernó, antes de accedir el Pacte del Botànic de PSPV-Compromís en julio de 2015, la creación de una ‘carretera panorámica’ al estilo de las existentes en muchos puertos de montaña de Estados Unidos para que el Puerto de la Carrasqueta pudiera disfrutarse como un elemento más de la oferta turística. El anuncio lo formuló el entonces director general de Obras Públicas de la Generalitat, Vicente Dómine, pero la interesante iniciativa nunca pasó de un simple voluntarismo político.
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