La Santa Faz y Xixona

Interesante artículo el Cronista Oficial de Xixona, Bernardo Garrigós, en el que enumera las profundas vinculaciones entre el Sagrado Lienzo y el pueblo del turrón

 

Este artículo en su blog personal complementa el capítulo 15 de Història de Xixona al balcó

1.-El camino de la Santa Faz hasta Alicante

Cuando Jesús se dirigía al monte Calvario con la cruz a cuesta se le acercó una mujer (Verónica) que le lavó su rostro ensangrentado con un paño de lino. En este paño, que se hallaba doblado, quedó impresa la imagen de Cristo.

Inicialmente el lienzo permaneció  en Jerusalén, pero la invasión musulmana provocó que se trasladara a la isla de Chipre. Allí permaneció hasta que en el año 640 se trasladó a Constantinopla, donde fue expuesto al público en la iglesia de Santa Sofía.

El 29 de mayo de 1453 fue conquistada la ciudad por los musulmanes y los hijos del emperador huyeron a Roma con varias reliquias, una de ellas la Santa Faz. Allí, el papa Nicolás V, la guardó.

 

Años después en 1483 la peste invadió Venecia y el papa Sixto IV envió la reliquia junto con un cardenal. Finalizada la emergencia regresó a Roma; pero el cardenal la guardó en su oratorio particular al haber fallecido el Papa. El sacerdote de San Juan, Pedro Mena acompañó este cardenal, de paso por Alicante, a Roma y éste le regaló un cofre que contenía el lienzo con la Santa Faz.

De vuelta en San Juan el sacerdote lo guardó en el fondo de un arcón, sin embargo cada vez que lo abría descubría el lienzo desplegado en la parte superior. Al repetirse este suceso colocó el lienzo sobre una tabla para que fuera venerado junto al Altar Mayor de la parroquia de San Juan. Pedro Mena quizás estuviera avergonzado de no haber cumplido inicialmente con la misión encargada por el cardenal de que el lienzo recibiera la bendición que merecía.

El primer milagro del que nos hablan los cronistas sucedió el 17 de marzo de 1489, cuando Alicante se hallaba acongojada por una gran sequía. Después de diferentes rogativas a Nuestra Señora de los Ángeles, que se veneraba en un convento franciscano situado en las afueras de la ciudad, comenzó a llover. En agradecimiento, según unas fuentes; o, a causa de la sequía, según otras, se aprobó sacar en procesión el lienzo de la Verónica, que se custodiaba en la parroquia de San Juan, en dirección a Alicante. El santo rostro era portado por el párroco Pedro Mena, quien trascurrido un cierto tiempo lo pasó al franciscano P. Villafranca.  Éste, al llegar al barranco de Lloixa, no lo pudo mover debido a su enorme peso. Entonces mostró la reliquia a la multitud y observaron que del ojo derecho manaba una lágrima muy resplandeciente y cristalina.

Este milagro fue recogido primero por Vicente Requena, el Joven, en su óleo Milagro de la lágrima pintado en 1590 y que formaba parte del antiguo retablo mayor de la iglesia del Monasterio de la Santa Faz de Alicante. Posteriormente fue representado  en el lienzo Milagro de la lágrima de Juan Conchillos pintado en 1680 y que se encuentra en el camarín del convento de las monjas clarisas en la Santa Faz de Alicante.

Un segundo milagro se produjo  al viernes siguiente cuando el famoso padre predicador Fr. Benito de Valencia mostraba el lienzo a los congregados  a las puertas del convento de Nuestra Señora de los Ángeles, se dispuso una nube sobre él, su cuerpo levitó y en el cielo aparecieron otras dos santas faces. Este milagro fue también plasmado sobre el lienzo por Vicente Requena, el Joven y Juan Conchinos.

 

 

Al año siguiente del milagro y en el lugar donde lloró la imagen se construyó un templo, en el cual se instalaron las monjas clarisas de Gandía en 1518.

2.-La Santa Faz y Xixona.

Pronto los jijonencos sintieron devoción por el lienzo de la Santa Faz depositado en el convento de las monjas clarisas. Así en la predela del retablo de Santa Bárbara que presidía el altar mayor de dicha ermita aparece representada la Verónica de pie con el lienzo desplegado y mostrando el rostro de cristo al espectador. La predela estaba formada por tres cuadros en una sola pieza, representando, de izquierda a derecha del espectador, a San Sebastián, copatrono de Xixona, en su martirio; La Verónica con la Santa Faz y San Antonio Abad, titular de la ermita del mismo nombre en el camino de Alcoy. Aunque los investigadores no se ponen de acuerdo respecto a su autor y a la fecha en que fue pintado el retablo, coinciden en que sería posible datarlo entre las décadas finales del siglo XVI y la primera década del siguiente.

 

Una relación más estrecha entre la Santa Faz y la villa de Xixona viene de la mano de las monjas clarisas; puesto que en Xixona el 1 de noviembre de 1607 fue fundado el convento de Santa Ana. En la fundación intervinieron tres monjas del monasterio de la Santa Faz de Alicante: sor Elionor Despuig, nombrada abadesa, sor Anna Martínez de Vera, vicaria y sor Caterina Picó, elegida portera y tornera y tres novicias de Xixona: Caterina Aracil, Ángela Garrigós y Gerónima Picó, viuda de Baltasar Cortes, e impulsora de este nuevo convento.

El Real Convento de Santa Ana se encontraba a extramuros de la villa hacia el E y muy cercano al camino de Relleu, que tras cruzar el río Coscó por la zona de la Senieta y la peña En Sala seguía el camino de la Ereta y ladeaba el barranco que existía en la actual calle Terradets para llevar al viajero al portal de la Vila.

Puesto que este confinamiento nos lleva a pensar y a soñar, lanzó una hipótesis de trabajo, sin ningún fundamento documental alguno, que me hace valorar si no fueron las monjas de la Santa Faz o algún potentado local devoto del monasterio alicantino, quien trajera o sufragara la realización del retablo de Santa Bárbara, puesto que las fechas coinciden.

La devoción por la Santa Faz está viva y patente en la actualidad en Xixona; como así lo demuestra el buen número de jijonencos que cada año se despiertan de noche para peregrinar al monasterio de las monjas clarisas y asistir el día de la Santa Faz a la celebración litúrgica. https://madeinjijona.com/una-pelegrina-mel-de-catem/A ellos hay que unir a un buen puñado de turroneros que alegran y endulzan los paladares de los peregrinos durante los días de la romería desde hace más de 100 años.

Además en los dos casas del carrer Font Nova y en otra del carrer Santa Anna sus propietarios desde inicios de este siglo han colocado paneles cerámicos devocionales en las fachadas dedicados a la Santa Faz.

 

En la actualidad la iglesia parroquial guarda una réplica de la imagen de la Santa Faz, donada por un particular. Fue bendecida en la misa del sábado (después de la Santa Faz en 2016) por la mañana en el Monasterio de la Santa Faz de Alicante oficiada por el vicario episcopal de la zona, Francisco Bertrán en representación del obispo Jesús Murgui, quien  no puedo asistir y el cura párroco de Xixona, Eugenio Amorós. Al acto asistieron unos 400 feligreses jijonencos.

#JoEnQuedeACasa, #QuedatACasa. Bernardo Garrigós Sirvent, cronista oficial de Xixona. Xixona 26 d’abril de 2020. Un mes i 12 dies tancat a casa. Ànim i força. Ja falta menys. Salut i Música.

BIBLIOGRAFIA

BERNABÉ RUIZ, José, “La fundación del convento de Santa Ana”, El Programa, Xixona, Federació de Sant Bartomeu i Sant Sebastià, 2002, pp. 185-192.

CONSEJO DE PASTORAL DE LA PARROQUIA DE JIJONA, “Una réplica de la Santa Faz para la parroquia de Jijona”, El Programa, Xixona, Federació de Sant Bartomeu i Sant Sebastià, 2016, págs. 196-197.

VVAA. La Luz de las Imágenes. La Faz de la Eternidad. Alicante, Generalitat Valenciana, 2006.

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