Según informaron ayer por la tarde la Cadena SER y también varios portales agrícolas españoles, como Agronews, el 46% de la miel importada a la Unión Europea no es miel auténtica, ya que no cumple la normativa comunitaria, según un estudio de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y el Centro de Investigación Conjunta de la UE
El 46% de la miel importada a la Unión Europea no es miel auténtica, ya que no cumple la normativa comunitaria, según un estudio de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude (OLAF) y el Centro de Investigación Conjunta de la UE, que elevan esa cifra hasta el 74% en el caso de las importaciones desde China y al 93% de Turquía.
Los países analizados son: Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Polonia, Rumanía, España, Suecia, Noruega y Suiza
El estudio, publicado este jueves, se basa en el análisis de 320 muestras y eleva significativamente las sospechas respecto a un informe precedente que situaba en el 14% las existencias que no respetaban la Directiva de Miel. Los países analizados son: Bélgica, Bulgaria, República Checa, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Lituania, Polonia, Rumanía, España, Suecia, Noruega y Suiza.
En conjunto, más de la mitad (57%) de los operadores controlados habían exportado miel sospechosa de estar «adulterada con azúcares extraños». La Comisión Europea ha investigado hasta la fecha a 44 operadores y 7 han sido sancionados, agregó el Ejecutivo comunitario.
Análisis en laboratorios para adaptar sus mezclas a los controles y no ser detectados
En concreto, esas malas prácticas se refieren al uso de jarabes de azúcar para adulterar la miel y abaratar su precio, tanto en países no pertenecientes a la UE como en el territorio comunitario, así como a análisis en laboratorios para adaptar sus mezclas a los controles y no ser detectados por clientes y autoridades.
El análisis identificó también el uso de aditivos y colorantes y prácticas para enmascarar el origen geográfico de la miel y su trazabilidad. «Basado en todo esto, hay una fuerte sospecha de que gran parte de la miel importada de países de fuera de la UE» y que el Centro de Investigación Conjunta «consideró sospechosa de estar adulterada permanece presente y sin ser detectada en el mercado de la UE», agregó la Comisión Europea.
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