La Casa Mediterráneo acogió ayer un encuentro digital sobre los casos de éxito de las Denominaciones de Origen con la participación del secretario de la IGP Jijona y Turrón de Alicante, Federico Moncunill; del presidente del Consejo Regulador del Jerez, César Saldaña; y del director de la DO Jamón de Jabugo, José Antonio Pavón
El secretario general del Consejo Regulador de la IGP Jijona y Turrón de Alicante, Federico Moncunill, explicó a modo de introducción y de concreción, que si en el año 1998 las denominaciones de origen en España, sólo las agroalimentarias, facturaban 355 millones de euros, esa cifra se elevó hasta los 2.800 millones de euros veinte años después, o sea en el año 2018. Eso sin contar las denominaciones españolas del vino, que sumarían otros 4.000 millones de euros adicionales. «Esto nos da una idea de un fenómeno basado en la asociación de productores de una misma zona geográfica», añade Moncunill.
Reflexionó sobre la necesidad de que una DO «tiene que preexistir, no se puede crear ex novo, tiene que tener una historia y un territorio que ya esté trabajando durante muchos años». Añade que, cuando se hace una solicitud de registro (hay varias en España) para una nueva DO que autoriza Bruselas y los productores de una zona se asocian para ello «ese patrimonio cultural y nombre geográfico pasa a ser público, ya no es privativo de nadie y ello permite que todo productor que cumpla con el pliego de condiciones puede estar dentro de una determinada denominación de origen».
Hay un claro papel de desarrollo sostenible en la zona geográfica de una DO y muchas veces también es importante el papel de la mujer como vector de dinamismo y liderazgo
Para Moncunill, «hay un claro papel de desarrollo sostenible en la zona geográfica de una DO y muchas veces también es importante el papel de la mujer como vector de dinamismo y liderazgo».
Destaca que, en el caso de la IGP Jijona y Turrón de Alicante, es la más antigua agroalimentaria de España. Nació en 1939 con un decreto del Ministerio de Comercio. Aunque destaca que, desde el año 1500, existen trazos escritos sobre la actividad turronera en Jijona. «De esta forma es como se consigue, de el 1500, algo que es fundamental en una denominación de origen como es la reputación».
El caso de la DO del turrón está íntimamente asociado a la agricultura. «Ésta es una zona pobre, de secano, y el agricultor lo que hace es recoger la almendra, siempre en el mes de septiembre, y para complementar sus ingresos lo que hace, posiblemente recogiendo una herencia de los árabes y antes de los giegros, es hacer turrón, entre octubre y primeros de noviembre; y después hay que ir a venderlo, en los primeros fríos del invierno desplazándose en caballerías y como podían a todas las ciudades de España», explica Federico Moncunill, también secretario general de la TDC (Asociación de Empresas de Chocolate, Turrón y Derivados de la Comunidad Valenciana, con sede en Xixona).
Se instalaban muchas veces en los soportales de las ciudades de España, no sin problemas, pues a veces no les dejaban entrar porque había gremios de confiteros y pasteleros, que tenían su control sobre el comercio y a los turroneros les costaba bastante llegar».
Aquí se une un segundo factor, según el dirigente turronero: «¿Por qué sólo se consume en Navidad?. Pues porque sólo se vendía para Navidad en noviembre y diciembre y porque estaba asociado a la recolección de la almendra. Y así conseguimos que nuestra reputación se asocie con la Navidad, porque toda la población hispana, en Norteamérica, Miami o Latinoamérica, donde se consume turrón de Jijona porque es Navidad y esto nos da una segunda intención de compra, que es muy interesante para nosotros».
Doble reputación y garantía de calidad y trazabilidad para el consumidor
Además, destaca que, aparte de la doble reputación y de la «existencia de un Consejo Regulador, que es el que garantiza al consumidor la calidad y trazabilidad de ese producto, y hay efectos colaterales positivos, como el turístico, porque Jijona no es una población especialmente bonita y, sin embargo, se genera todo un flujo de turismo museográfico y de gastronomía asociado a la potencia y capacidad del producto con denominación de origen y eso no es nada desdeñable».
Subraya el proyecto en el Consejo de Europa para la Ruta Europa Cultural del Chocolate y el Turrón. «Tenemos la suerte de que el chocolate llegó de América a Europa y los Franciscanos le pusieron azúcar a algo que allí se tomaba como un té y amargo». Destaca el puerto de Alicante como destino del cacao a los Países Bajos, Sicilia y Nápoles». Se refiere a la noticia adelantada por este blog el pasado 15 de diciembre sobre el nacimiento de la marca ‘Chocolate de Alicante’, que incluso puede ser el germen de una nueva IGP para la Comunitat Valenciana.
A preguntas de un internauta sobre si las DO son menos conocidas en el exterior que en España, Moncunill aportó datos al señalar que en 1988 las DO agroalimentarias de España prácticamente no exportaban y en el 2018 prácticamente un 30% de la producción se exporta.
Estamos cerrando con entre un 5% y un 10% dependiendo canal o empresa, por lo que nosotros no nos quejamos frente a otros sectores de la economía española que lo están pasando horriblemente mal
Al ser preguntado por la moderadora, sobre el escenario postpandemia Moncunill explica que «estamos cerrando con entre un 5% y un 10% dependiendo canal o empresa, por lo que nosotros no nos quejamos frente a otros sectores de la economía española que lo están pasando horriblemente mal».
Se acabaron las existencias en diciembre; cuando quisieron reponer ya no había posibilidad, no estamos en condiciones de producir
Destaca que el turrón sufrió desde marzo del pasado año la caída de venta turística y «nos ha hecho un poco más de daño la incertidumbre, porque cuando se hacen los pedidos en mayo y junio los grandes, medianos y pequeños fueron prudentes y en esta campaña se acabaron las existencias en diciembre; cuando quisieron reponer ya no había posibilidad, no estamos en condiciones de producir; ha sido una campaña que el último mes fue de locura y no se pudo servir lo que no se pidió antes por ese exceso de prudencia».
Moncunill hace finalmente una valoración «relativamente optimista, porque un 5% o 10% no es algo que, si la cosa se normaliza, genere problemas este año».
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