De antiguo han tenido fama en los mercados de la capital alicantina las patatas y hortalizas de Xixona, muchas de ellas cultivadas en esta partida rural limítrofe con Tibi y bañada por su pantano; hoy, los clientes más exigentes de El Corte Inglés siguen disfrutando de estas exquisitces de la huerta gracias a la familia de agricultores Blay
Es otro mundo. No por más árido -y al tiempo húmedo en sus entrañas gracias al río que baña su vega- menos bello. Hablamos de la partida rural o caserío de Montnegre, rodeado de montañas de piel roja procedentes de los barrancos de Sílim, Salines y la Mascuna.
Montnegre es otro pequeño o gran oasis dentro del vastísimo término municipal de Xixona, el quinto en extensión tras los de Alicante, Elche, Orihuela y Villena. Situado al sur de dicho término, linda con los municipios de Alicante y de Tibi, pueblo que da nombre al pantano construido en mampostería más antiguo de Europa y que funciona.
Pese a tener pendientes muchas mejoras, fundamentalmente su drenaje a fondo, como reclaman desde tiempo inmemorial los moradores de Montnegre y los agricultores que quedan de la denominada Huerta de Alicante.
Pasear estos días de Pascua por esta pedanía, que cuenta con una pequeña iglesia y una pequeña escuela que fueron rehabilitadas por el Ayuntamiento xixonenc hace unos años y que no pueden ser visitadas al estar cerradas, es como volver en cierto modo al pasado más enraizadamente agrícola de Jijona, el pueblo del turrón por excelencia.
Es observar a los agricultores de la familia Blay trabajar en la recolección de esas hortalizas frescas que llegarán con prontitud a El Corte Inglés y otros establecimientos delicatessen de Alicante. Es ver la tierra blanca, impoluta por fértil, siendo trabajada ajenos todos a la festividad del Lunes de Pascua. Ya se sabe aquello de que agricultor y gandero no tiene días de fiesta.
Es oler a tierra mojada en permanente caudal río abajo del curso del Montnegre, afluente del río Seco y descendiente del río Verde
Es oler a tierra mojada en permanente caudal río abajo del curso del Montnegre, afluente del río Seco y descendiente del río Verde que nace en Onil y muere en dicho pantano multisecular. Es observar el vuelo de aves, incluso migratorias, que han escogido ese hábitat del río donde ganarse sus alimentos y cobijo. Es oír cantar al ruiseñor y al mirlo de pico naranja.
Es incluso desentrañar los rastros y las camadas de los jabalíes, siempre guarecidos en la espesura del cañaveral, otra de las asignaturas pendientes de este paradisíaco lugar, dado que la densidad de la maleza impide en muchos puntos del curso de dicho río atravesar de un lado a otro e incluso otear el inmediato horizonte.
Y también es, en estos días de Pascua, saludar a runners o senderistas que se cruzan en el camino que rodea la pedanía por el puente de abajo de Montnegre de Dalt procedentes los unos de Xixona, por los citados barrancos de Sílim, Salinas o la Mascuna; y otros llegados de Sant Vicent por senderos indicados y que de antiguo servían a los animales de carga para la logística de dichas hortalizas y patatas con pedigrí. O a los huéspedes del coqueto hotel rural Molino del Gallo, a tiro de piedra del verde río, regentado por una joven y bella jijonenca.
Sofrito de arroz con conejo y caracoles
Y es oler al sofrito de arroz con conejo y caracoles de la zona, a olleta de verdura o a gazpacho al estilo Xixona de esos moradores establecidos y, en otros muchos casos, ocasionales del fin de semana y festivos dispuestos a dar cuenta del ágape monero.
Montnegre es un remanso de paz en un valle protegido por el Alt de la Mosca o Escobella y el alt de la Coveta Fumada, en el extremo sur lindante con Sant Vicent del Raspeig; y con la cordillera formada encima de los barrancos de arcillas triásicas de Sílim y Salines, en el lado norte. Es un lugar de filmografía donde parece, en muchas ocasiones, que se ha detenido el tiempo.
Que Montnegre, como nos dicen unos vecinos, son los 365 días del año y no sólo las fiestas de la partida rural a finales de julio
Huellas de esa antigüedad son, para desgracia de los vecinos y empresarios de la zona, los deteriorados caminos que circundan el caserío, necesitados de una mano de pintura o dos o tres. Que Montnegre, como nos dicen unos vecinos, son los 365 días del año y no sólo las fiestas de la partida rural a finales de julio, con paella gigante, botes de cerveza hasta para suegras políticas y bendiciones y promesas aventadas a los cuatro puntos cardinales, con almendros antañones y olivos y árboles frutales de nueva generación por testigos.
No hace ni dos meses que el presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, hizo suya una idea que ya anunció hace dos décadas la Generalitat Valenciana y que quedó durante todo este tiempo en agua de borrajas: crear una vía verde entre el Pantano de Tibi, pasando por los Montnegres de Dal i Baix hasta llegar, tras el Assut de Sant Joan, a la desembocadura de dicho río (ya lamado seco y procedente también de Xixona) en El Campello.
Una idea fantástica si no vuelve a quedar en agua de borrajas por mor del postureo cuando no oportunidad de nuestros políticos
Un proyecto rescatado por Mazón, el cual, como buen político en vigoroso ascenso, viene avalado por los alcaldes de Xixona, Mutxamel, Alicante, Sant Joan, Tibi y El Campello, todos los que tienen que ver de uno u otro modo con el curso de tan fértil río en una provincia cuya desertización camina a pasos agigantados por culpa de eso que llaman el cambio climático.
Una idea fantástica si no vuelve a quedar en agua de borrajas por mor del postureo cuando no oportunidad de nuestros políticos, ávidos de presentar proyectos ligados a avales congresuales o papeletas electorales. Quiere el presidente Mazón (si en el interín no marcha a Valencia de lidereso) hacer realidad dicha vía o ruta verde del Montnegre mediante la solicitud de financiación directamente a la Unión Europea, dentro de los objetivos de pacto verde y de desarrollo sostenible emanado de la ONU.
Reforzar dicho eje turístico desde la costa hacia el interior, en este caso también deprimido salvo la fértil huerta, aplicando para ello criterios de economía circular con proyectos sostenibles, uso de energía limpia y digitalización es tan legítimo como dejar de marear la perdiz con lenguajes eufemísticos ligados a la competencia entre Administraciones central, autonómica y local.
Mayores cañaverales de la Comunitat
Origen de todas las ralentizaciones, y meterle mano al cauce del río, uno de los mayores cañaverales de la Comunitat Valenciana donde se esfuma buena parte del agua, bien escaso hasta en muchas épocas duras del pantano y mal de males para los resistentes agricultores y ganaderos, como aquel xixonenc que todavía hace en verano la transhumancia de sus trescientas ovejas y carneros llegado a inicios de solsticio y canícula.
Como aquel xixonenc que todavía hace en verano la transhumancia de sus trescientas ovejas y carneros llegado a inicios de solsticio y canícula
Ni la iglesia ni la antigua iglesia, rehabilitadas ambas por el Ayuntamiento xixonenc hace algunos años, se pueden visitar
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