Piedra Negra: ¿Por qué una ballena y miles de calamares?

La planta de residuos sólidos (y, en teoría, reciclaje) no ha estado exenta de polémica desde su misma apertura, a mediados del año 2003, bajo mandato del PP en el Ayuntamiento de Jijona y en la Generalitat. Este agujero negro ya se ha cobrado a su primera ‘víctima’ política

La planta Piedra Negra en una imagen de 2015./FOTO BERNAT SIRVENT

La planta de residuos sólidos (y, en teoría, reciclaje) Piedra Negra, que adopta el nombre de una partida rural donde el color del suelo es negruzco por su composición arcillosa, no ha estado exenta de polémica desde su misma apertura, a mediados del año 2003, bajo mandato del PP en el Ayuntamiento de JIjona y en el gobierno de la Generalitat. Incluso antes, durante el proceso de cesión de la parcela de propiedad municipal al Consell, hubo sus más y sus menos entre el partido gobernante y la oposición en Jijona, capitaneada por quien fuera a posteriori alcalde socialista Ferran Verdú, máximo azote y firme detractor de las malas prácticas cuando Piedra Negra ya era un hecho consumado y hasta el mismo día en el que abandonó el cargo. La anómala gestión de la basura, con epicentro en Jijona, ya se ha cobrado a una ‘victima’ política de peso: el secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro.

Piedra Negra ha sido y es la crónica de una polémica anunciada. Un agujero negro. Nadie quiere residuos, pero la basura se tiene que depositar en algún lugar y tratar. La pregunta que me hago desde el principio, cuando servidor informó en febrero de 2004 de modo contrastado y verdadero de por qué se había abierto esta planta no ya sin la instalación de compostaje acabada ( el ahora encarcelado exconseller Rafael Blasco me llegó a decir que faltaba una pieza mecánica encargada en EE UU a los tres años de la inauguración) , sino ni siquiera con agua en las duchas para los empleados, es por qué en Jijona, la cuna del turrón. Por qué.

Es evidente que su término municipal es el cuarto más extenso de la provincia y que en algún lugar equidistante de la comarca de l’Alacantí a la que se quería dar servicio había que poner la instalación. Ni lejos ni cerca de la de Fontcalent. Está claro que el paraje está en el sur del término municipal y que, en teoría, no habría olores ni para Jijona ni para su vecina Mutxamel. Pero no había que ser doctor en el materia para saber que, a medio término, el hedor a lixiviados existiría, como también molestias de camiones y una inquietante asociación de ideas entre Jijona, como marca de producto e imagen de calidad agroalimentaria, y la nueva cuna de la basura. Una cuna de facto y proyección mediática que trasciende lo local y comarcal hasta alcanzar el ámbito regional, como los hechos se están encargando de demostrar a lo largo de estos casis tres lustros.

Puerta de acceso de lal planta de residuos sólidos Piedra Negra, en el sur de Jijona.

El desaguisado no había sino empezado ante unas primeras y tímidas protestas vecinales. ¿Por qué una ballena varada en la playa de La Vila tiene que acabar en el vertedero de Jijona?. ¿Por qué varios tráilers de calamares y otros frutos del mar chamuscados de una empresa de congelados arrasada por un incendio en el municipio valenciano de Albal tienen que verterse en el basurero de Piedra Negra?. Era sólo el principio de una nefasta gestión de los residuos, a salto de mata, por parte de un Gobierno valenciano que no dudó ni un ápice en ordenar el desplazamiento de miles de camiones desde Valencia e incluso Castellón (¡a 300 kilómetros de distancia!) hacia el pueblo que había sido conocido hasta entonces sólo por su secular y brillante elaboración de dulces y turrones.

Para mayor desgracia, el escándalo de la presunta corrupción por financiación presuntamente ilegal del PP, el escándalo Gürtel que ahora se juzga en la Audiencia Nacional, en el marco de cuya instrucción judicial saltó otro paralelo (el ‘caso Brugal’) a través de escuchas telefónicas deja a los vecinos de la Vega Baja (hasta el día de hoy) sin las más mínima infraestructura para verter, reciclar y compostar sus residuos. Incluidos los de dos grandes ciudades como son Torrevieja y Orihuela, emporio turístico y capital de comarca, respectivamente. ¿Por qué también a Jijona en un porcentaje muy elevado todos sus desperdicios desde hace un lustro?. Un caos que parece no tener solución de continuidad y que sitúa a la ciudad más dulce de la Comunitat Valenciana como la más damnificada desde el punto de vista de los olores, por el cada vez más intenso tráfico en una colapsada y anticuada CV-80 y también por el inevitable golpe a la imagen de marca de dos productos espectaculares y con marchamo de calidad: turrón y helado.

Ahora se cumplen casi tres lustros (catorce años en concreto) desde que en febrero de 2004 yo mismo publiqué en el desaparecido diario La Verdad de Alicante las anormalidades, cuando no irregularidades, que ya se estaban produciendo en la recién estrenada macroplanta de basuras. Y es ahora, precisamente, cuando ha saltado de nuevo la polémica al hacer público el diario Información de Alicante una situación que no es nueva, sino una reedición a fuego lento de los últimos catorce años.

Basura de aquí, de allá y de acullá de todo tipo (plásticos industriales, restos orgánicos, mobiliario o residuos de obra) al mismo agujero negro sin el más mínimo tratamiento previo para
posible reutilización. Una información que firman dos periodistas de ese diario adscritos a la edición de la Vega Baja, dato que no parece baladí y que podría apuntar, como denunció en su bloc en sus últimas horas como secretario autonómico Julià Álvaro, a la escasa paz social entre los distintos consorcios y la fijación de tarifas y tasas.

Y surge la socorrida demagogia, tan típica entre la clase política. La alcaldesa socialista de Jijona, Isabel López Galera, menos beligerante públicamente que su antecesor en el cargo Verdú en materia de Piedra Negra, apenas sí intercede ante la fenomenal polvareda que vuelve a formarse. Se limita a asegurar en el diario alicantino, sin sorprenderle demasiado el ‘totum revolutum’ de la basura, que «ni la parte pública ni la privada han cumplido» en materia de inversiones para poder separar, reciclar, reutilizar. Y destaca, tras aludir a la «alegalidad consentida», como único logro de sus casi tres años de gobierno municipal que el proyecto de gestión entre los 37 ayuntamientos, Generalitat y Consorcio de la Diputación que ella misma preside fue recientemente suscrito de modo provisional (solución transitoria, dijo la Conselleria de Medio Ambiente) para que el grupo Ferrovial (dueño y señor de la planta por sólo 5 millones de euros tras su privatización en marzo de 2015, dos meses antes de las elecciones autonómicas en las que el PP perdió el Consell) pueda invertir en maquinaria. En teoría, una primera inversión de tres millones y medio de euros para que, a mediados de este año, la planta dispoga ya de importantes mejoras tanto en lo relacionado con la valorización de residuos voluminosos como en su triturado de manera adecuada. Cantidad que se elevará cuando el convenio sea definitivo hasta 20 millones de euros, según dijo días antes de ser destituido, el exsecretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro.

Para mayor sorpresa, Isabel López afirma en su perfil de face (en la única mención pública que ha hecho tras la publicación del nuevo episodio del escándalo medioambiental) que «no se puede mirar hacia otro lado». Pocos días después, se supo que sí lo está haciendo. Pues en los casi tres años de alcaldesa no había convocado ni una sola vez la comisión de seguimiento de Piedra Negra, como le afeó el edil de Compromís per Xixona, Joan Arques. Es más, no se convoca ese órgano para dialogar, debatir o proponer entre todos los políticos y partidos jijonencos desde ¡el año 2005!. El PSOE gobierna desde 2007. Como si no fuera con nadie la controvertida asociación de ideas que se genera desde hace tres lustros, los olores periódicos y el peligroso tráfico de camiones basureros. Cinco días después de airear el edil de Compromís el asunto, la alcaldesa convocó la comisión para el viernes día 9, a las 13 horas, sin demasiado margen para el debate.

Elisa Díaz, del PP, se defiende y denuncia caos en Benidorm

Y tildo directamente de demagoga a la vigente diputada portavoz de Medio Ambiente en el grupo del PP en les Corts, Elisa Díaz, (hija del exalcalde de Alicante, Luis Díaz Alperi) y rebate mis críticas a que la parlamentaria use este nuevo capítulo de la polémica Piedra Negra (con ella y su partido en la oposición tras 21 años de gobierno del Consell) para pedir dimisiones en el Pacte del Botànic de Ximo Puig y Mónica Oltra. Esto es lo que, literalmente, me contesta la parlamentaria en mi perfil abierto de Facebook:

«Hola Bernat, te comento por aquí, como decía, no se trata de demagogia, siempre hemos dicho que la gestión de residuos era un tema que no debería tener color político, por su complejidad. Eran otros (los que ahora gobiernan) los que decían que las basuras no debían de viajar por la CV y nos criticaron muchísimo por ello, eran ellos los que nos criticaban las tasas, la falta de reciclaje, nuestra apuesta por la valorización energética… Ahora ponen de ejemplo la planta de Algimia que se hizo con el PP (valorización energética), han aumentado los desplazamientos de basuras por toda la CV, no han hecho nada en reciclaje más que apostar por un falso SDDR al que han dedicado todo lo que llevan de legislatura, cuando la propia ex Directora General que echaron por no apoyarlo lo calificó de fraude, aumentan tasas e impuestos hasta duplicarlos haciendo que nuestras industrias dejen de ser competitivas por un servicio que ni se da, reconocen lo que se hace y dicen que es normal y legal, no hacen inspecciones ni abren expedientes sancionadores, anuncian plantas de transferencia (consorcio A6, en Guardamar, en Orihuela, en Dolores la última promesa) y de reciclaje que no llegan (en Benidorm hace un año anunciaron 5 millones de euros en planta de reciclaje y un año después no han hecho nada y hay más de 2.000 toneladas de envases de plástico pudriéndose con el peligro que ello conlleva)….

Sobre Piedra Negra, se vendió la parte de VAERSA precisamente para que la empresa pudiera invertir lo necesario y que de otra manera no se podía.
Y podría seguir, con cada Consorcio, con lo que decían cuando los que ahora gobiernan estaban en la oposición, lo que han prometido y lo que no han hecho tras más de dos años y medio. Yo soy portavoz de medio ambiente en la oposición, y cuando se hace público un vídeo como el que ha publicado el diario Información, lo último que creo que debo de hacer es callarme y mirar para otro lado, entre otras cosas porque me creo eso del medio ambiente».

Y prosigue: La herencia que recibieron tenía cosas malas pero muchas buenas, llevamos dos años pidiendo que ejecuten el PIR y dicen que lo están modificando. Tal vez antes de que acabe la legislatura lo saquen y podamos ver esas modificaciones. Pero lo más grave es que lejos de mejorar la situación, que si lo estábamos haciendo tan mal debería haber sido algo fácil, están empeorando la situación con creces, a pesar de contar con más de 2.500 millones de euros en sus presupuestos de los que contó el PPCV en su última legislatura. Como comprenderás, o espero que entiendas, mi papel no está en hacer un análisis de lo que hicimos o dejamos de hacer, y sí en controlar lo que quienes gobiernan hacen o dejan de hacer. Un saludo». Este diario ha tratado de modo reiterado en la última semana de entrevistar a la diputada popular, pero la dirección del PP ha declinado la propuesta.

Julià Álvaro: Primera víctima política

La semana de la esperada por cada vez más escasa nieve, en la que nace este bloc, no acaba sin una consecuencia directamente vinculada al escándalo, porque lo es, de la basura en la Comunitat Valenciana con epicentro en Jijona. El secretario autonómico de Medio Ambiente, Julià Álvaro, es fulminantemente destituido por su consellera y jefa Elena Cebrián en el pleno del Consell de los viernes con el beneplácito de Ximo Puig y la vicepresidenta y ‘madre’ política de la consellera, Mónica Oltra. El martes 30 de enero se celebró en la Diputación pleno del Consorcio de Residuos Alicante 2 al que pertenece Piedra Negra y 37 municipios de l’Alacantí, l’Alcoià, El Comtat y la Foia de Castalla y Álvaro hizo acto de presencia, sin el más mínimo rubor por falta de la autocrítica, para, según dijo, dar su «apoyo a todos los miembros del Consorcio por el trabajo que se está haciendo». Fue un paso más allá y, además de criticar duramente la herencia recibida, como también ha hecho la alcaldesa en su único pronunciamiento público, aseguró que este Consorcio estaba haciendo en tres años las inversiones que no se habían hecho en quince. No le faltaba tampoco demagogia al ya número dos de la Conselleria de Medio Ambiente, pues las malas prácticas consentidas y autorizadas por él mismo han seguido desde el mismo día en el que fue designado por el govern del Botànic, allá por julio del año 2015. Su política en otros ámbitos, como el urbanístico, con el freno al Ikea de Alicante, y sus desavenencias internas por falta de acomplamiento del mestizaje PSPV-Compromís y, dentro de esta última coalición, la rama verde que Álvaro representa, pusieron el resto en la destitución. Piedra Negra es un agujero negro (en el que, incluso, se especuló en el año 2013 con la posibilidad de instalar una de las dos grandes incineradoras de la Comunitat Valenciana previstas en el Plan Integral de Residuos de las que habló la entonces consellera de Infraestructuras y actual presidenta regional del PP, Isabel Bonig). Este agujero negro puede llevarse por delante la carrera de más políticos. De todas las administraciones y de todos los colores. Al tiempo.

«El súmum del despropósito en la basura fue que el PP privatizara la planta Piedra Negra»

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

2 Comments

  1. Esteban Responder

    Pues ahora están sacando camiones de tierra de la cantera (que ya no es cantera) para tapar la basura o agujero de mierda en piedra negra.

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