Ayer observé serenamente la silueta del pueblo donde nací (y del que nunca he dejado de estar enamorado) desde la distancia de un pequeño monte próximo al casco urbano, en el mismo lugar, a la misma hora y similar cielo que hace siete años, lo cual me condujo de nuevo al teléfono móvil para buscar el post que puse en Facebook a fin de recitar en voz alta el verso
Os transcribo aquí el poema en cuestión, escrito en castellano y sin más papel, lápiz y goma que el propio smartfone. He recuperado la foto que hice aquel día de 2015 y pongo la que hice ayer.
Por si os apetece leerlo. Feliz semana.
Sarracenos a lo lejos, íberos lamiendo
la tierra, fenicios en talleres, en escuelas,
en casas que siempre tocan el cielo.
Gente que levita al alba, asiendo casi
el tiempo con el cielo, tiempo de gracia,
divino, que escamotea la hora muerta.
Pueblo que te quiero pueblo, almendros
que siempre despiertan, savia renovada, sangre
roja y pegajosa, pues es pueblo de vida parido.
…………………………….Bernat Sirvent , febrero 2015
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