Jesús Sempere Riera (que aprendió desde bien niño el oficio ayudando en el obrador a su abuela Loreto) y su esposa Montse regentan la carnicería del centro de Xixona, junto al Ayuntamiento, en la que, además de longanizas, morcillas, blanquets, voltàs, chorizos y espetecs artesanos, ofrecen a diario un surtido mínimo de 10 hamburguesas diferentes, incluida la muy exitosa de salchicha con roquefort
En Jijona hay turrón y helado de rechupete. Ya lo saben. Pero también hay embutido casero delicatessen. Por ejemplo, el de la carnicería charcutería El Fill de Conchi, un negocio familiar que regentan, nada menos que en cuarta generación, Jesús Sempere Riera y su esposa Montse. Un establecimiento comercial de proximidad, con atención personalizada de primerísima calidad, como las sonrisas que exhiben sus cuatro dependientes y como las longanizas, morcillas, blanquets, voltàs, espetecs y hamburguersas de todo tipo que elaboran con tradición, artesanía y amor al oficio.
De casta le viene al galgo. No es que lo diga el refranero español. Es que, en el caso de Jesús Sempere Riera, ejemplifica la cuarta generación de carniceros jijonencos, una especie de profesional del embutido y los fiambres de 4ª Generación.
Su bisabuela Concha, la madre del recordado Quico el Carnisser, ya se dedicaba en el pueblo del turrón a elaborar las mejores viandas hace mucho más de un siglo.
Jesús, que si por algo destaca detrás del mostrador entre cuchillos es por su gran sonrisa angelical y permanente buen humor, heredó el oficio artesano gracias a su abuela, la archiconocida en Xixona Loreto, madre de Quico el Carnisser y de Conchi la Carnissera, la mamá de Jesús.
Nos cuenta que aprendió las técnicas del embutido, las hamburguesas o las pelotas de cocido a pie de obrador. En la carnicería de sus padres Conchi y Octavio. Su abuela Loreto, ya jubilada, echaba una mano en el negocio familiar y en Jesús los aparatos para hacer las tiras de longaniza despertaron ya de bien niño enorme curiosidad y pasión. «Mis padres estaban en el mostrador y yo, de niño, con mi abuela Loreto en el obrador, ahí es cuando de verdad aprendí la pasión por este oficio», relata Jesús al blog Made in Jijona.
Mis padres estaban en el mostrador y yo, de niño, con mi abuela Loreto en el obrador; ahí es cuando de verdad aprendí la pasión por este oficio
Hoy, la carnicería charcutería El Fill de Conchi es parada obligada en Xixona. Y no sólo por su ubicación estratégica, en el corazón del pueblo, junto al Ayuntamiento y la plaça. Jesús y Montse, ayudados por Jorge y Mónica, ofrecen, además de sonrisas y excelente atención personalizada al cliente, una gama amplísima de productos artesanos.
Espetecs o fuets totalmente artesanales
Además de las tradicionales longanizas (incluso de ajo), morcillas (de cebolla y de carne), choricitos o voltàs (longaniza de gran dimensión en forma de U), llenan sus mostradores con espectaculares y suculentos espetecs o fuets también manuales y artesanos.Totalmente artesanales.
Por no hablar de la amplísima gama de hamburguesas selectas. Cada día, el Fill de Conchi ofrece, según nos cuentan Jesús y Montse, un mínimo de 10 tipos de hamburguesas diferentes, que siempre se renuevan pero que siempre suman, al menos, las 10.
Exitosas son las de buey, la tradicional de magro y ternera y las célebres de verdura asada con ternera y de longaniza con roquefort.
Y qué decir de las pelotas para el cocido. Elaboradas artesanalmente con la mejor materia prima (magro, ternera y panceta), están especiadas de modo totalmente natural, sin ningún tipo de conservantes.
Conejo, ternera, pollo y gallina camperos, yemitas de huevo o longanizas de botifarra con verdura (0,00% grasas)…todo tiene hueco en el noble e impoluto mostrador del Fill de Conchi.
Para colmo, el cliente habitual o turista que llega a Xixona se encuentra con que el establecimiento ofrece también una sección de charcutería variadísima y de gran calidad, con jamones ibéricos y de bellota, lomos, salazones selectos y hasta productos típicos de Xixona, como la pericana envasa por una conocida empresa local.
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