Asegura el que fuera cronista oficial de Xixona, Fernando Galiana Carbonell, que por aquel entonces, hace ya un siglo y dos décadas, había proveedores de almendra muy importantes, Manuel Pritz, sueco, afincado en Alicante y exportador de este grano, así como la compra por todo el contorno a los labradores / Entre todos, se elaboraban 230.000 kilos, o sea, la centésima parte que en la actualidad
Afirma Fernando Galiana Carbonell en su libro ‘Anales y documentos históricos sobre el turrón de Jijona’, a nuestro entender el mejor libro sobre la historia y el mundo del turrón de los existentes, que en Xixona había a principios del pasado siglo un total de veinte fábricas de turrón. Y las enumera:
En la calle Loreto, Tío Pepe Toni Filomena, con 100 cocidas
En la calle Fosar, Tomás Carbonell, con 50 cocidas
En la calle La Vila, Pepe Filomena-José Jerez, con 50 cocidas.
En la calle La Vila, Tío Menegildo, al lado del forn, con 50 cocidas
En la calle Loreto, Quico Carmelo, con 100 cocidas.
En la calle La Vila, Eliseo Espí, con 50 cocidas.
En la calle Vall, Luis Rovira, con 150 cocidas.
En calle Vall, Tío Toni Gilo, con 100 cocidas.
En calle Abadía, Menegildet (después de fue a La Coruña), con 100 cocidas.
(Se desconoce calle), Ventresca Picó, con 50 cocidas.
En Plaza Casino, Primitivo Rovira, con 300 cocidas.
En calle Vall, Antonio Galiana, con 200 cocidas.
En calle Abadía, José Galiana, con 200 codidas.
En carretera Alcoi, Fernando Bacora (actual bar Monerris), con 100 cocidas.
En carretera Alcoy, Tío Jaume Monerris, con 100 cocidas.
En carretera Alcoy, Fernando Carbonell, con 150 cocidas.
En carretera Alcoy, José Mira (Viola), con 100 cocidas.
En Plaza Casino, David Iváñez, con 300 cocidas.
En carretera Alcoy, Manuel Sirvent (Teclo), con 200 cocidas.
En calle Reina Victoria, Antonio Monerris Planelles, con 200 cocidas.
En calle Parras, Malito, con 100 cocidas.
A todas estas fábricas y obradores activos en los principios del siglo pasado habría que añadir, según relata Fernando Galiana Carbonell, «las no menos de 200 casas en las que los jijonencos hacían su propio turrón, que a unas 100 cocidas uno por el otro ascendía a otras 2.000 cocidas de turrón más. Total, entre todos, unos 230.000 kilos».
Explica que el turrón se envasaba en cajas interiores de madera, de una arroba, y el embalaje exterior era una espuerta de esparto que se ajustaba a las tres cajas de arroba, cuyo envase tenía la virtud de mitigar enormemente los golpes durante el transporte.
Para fabricar esta demanda había en Jijona cuatro esparteros, que trabajaban todo el año: Pepe, Sebastián y Vicent els esparters
Las cajas de madera eran fabricadas, prosigue el excronista oficial de Xixona, por fábricas, algunas de ellas que tienen comprobada su antigüedad en el siglo XVIII como Fillol y otros de las familias Selfa, Baldó, Jerez, Iváñez, Cremades, Rovira, Mora.
Transportistas en carro, importantes como Román Cheverría, con 5 carros y más de 25 bestias de arrastre.
Como proveedores de mieles figuraban Cristóbal de Ayora, Manuel Cerdá de Ayora, Guillermo y José Mira del Almacén, Enrique Domingo, Verdú, Micó de Mogente…
Proveedores de almendra muy importantes, como Manuel Pritz, sueco, afincado en Alicante y exportador de este grano y la compra por todo el contorno a los labradores.
Añade Fernando Galiana, quien fue el primer alcalde xixonenc de la democracia, que «rematadores había muchísimos aparte de cada uno de los fabricantes, recordando a los atera, Petit, etc. Fábricas de hacer maquinaria estaban Enrique Candela, Pelegrí, Salvador Jorne Boixets, etc.
Hemos querido aprovechar esta nueva entrada en el blog del turrón Made in Jijona para rendir un pequeño homenaje al fotoperiodista Perfecto Arjones, fallecido hace escasas semanas, padre de Rafa Arjones, actual jefe de la Sección de Fotografía del Diario Información de Alicante.
La fotografía que ilustra esta noticia es de Perfecto Arjones, de los años 60 del pasado siglo, en la fábrica de Turrones La Fama – Antiu Xixona.
Precisamente don Perfecto Arjones fue quien ideó, siendo alcaldesa de Xixona Rosa María Verdú Ramos, la iluminación permanente de los restos del castillo árabe del pueblo del turrón, algo que se conserva, afortunadamente, incluso con el castillo recientemente reconstruido.
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