Mensaje para ‘El Comidista’: No todos los turrones blandos son ‘Jijona’, ¡cuñao!

La página online sobre gastronomía y alimentación sustentada por el diario El País y dirigida por el divulgador gastronómico bilbaíno Mikel López Iturriaga lanza un video sobre cuál es el mejor turrón blando del supermercado que está mal planteado de la cabeza a los pies y no hace sino confundir al consumidor y ofender al pueblo de Jijona, la verdadera cuna del dulce navideño, donde se elabora esta exquisitez desde hace 500 años

Todos los turrones tipo Jijona (con sello de la Indicación Geográfica Protegida – IGP y, por tanto, amparado por la Unión Europea) son de textura blanda.

Sin embargo, no todos los turrones blandos (de textura) son ‘Jijona’ o de Jijona (es decir, con esa super protección, control de calidad , método de elaboración y uso de utillaje especial tras cinco siglos de oficio y buen hacer).

Es un mensaje que repite hasta la saciedad, porque esa es una de sus misiones desde la puesta en marcha de su Reglamento IGP por Bruselas, en el año 1996, el Consejo Regulador de las IGP Jijona y Turrón de Alicante.

El director y alma mater de El Comidista, Mikel López Iturriaga, divulgador gastronómico bilbaíno, confunde la velocidad con el tocino.

Porque ya desde el minuto uno, o sea, en el primer párrafo introductorio del video titulado ‘¿Cuál es el mejor turrón blando del supermercado?’, el famoso crítico gastronómico (también emitió programa en la televisión La Sexta en el año 2017) pone bajo la lupa de un experto otro producto estrella de la Navidad: el turrón blando. «Ese (dice Iturriaga) que se llama también Jijona, aunque a veces no provenga de dicha localidad alicantina ni tenga denominación de origen».

¡Error, ‘cuñao de la Navidad’, error!

https://elcomidista.elpais.com/elcomidista/2021/11/29/articulo/1638205876_464003.html

Error de bulto al que se suma otro, cual es el que el propio director de El Comidista aluda a la denominación de origen del turrón de la localidad alicantina, cuando nunca la ha tenido, pues primero fue una denominación específica y, después y hasta la actualidad, una indicación geográfica protegida. Que no es lo mismo en la nomenclatura técnica al uso.

Por no hablar del equivocado planteamiento no ya del objetivo o fin divulgativo, sino también de los medios utilizados.

Con todos los respetos que nos merece el «juez elegido», Enric Monzonís, chef pastelero en la Chocolate Academy de Barcelona y antiguo maestro de pastelería de restaurantes de primer nivel, el catador, decimos, sabrá mucho de chocolates y otras dulcerías, pero más bien domina lo justito de turrones, pues en alguno de sus ocho veredictos de los ocho turrones juzgados (entre ellos los de IGP Jijona El Lobo, 1880, Pablo Garrigós y Picó), confunde la calidad suprema de los turrones con la «denominación suprema» y, además, para rematar el desaguisado, duda del porcentaje de almendras que integra el turrón con sello IGP Jijona (entre un 60% y un 64%, afirma el catador ‘juez’). Por no hablar de alusiones a otros elementos organolépticos como la textura, el grado de acidez o el sabor a rancio o tostado del fruto seco.

¡Error, cuñao!

A nuestro juicio, un trabajo divulgativo de nuestra alimentación navideña, en este caso el producto estrella, el turrón, mal planteado. Confuso para el consumidor final del supermercado. Un auténtico galimatías (según el diccionario de la lengua española, «confusión de ideas o lenguaje difícil de comprender por la impropiedad de las frases»)

Ofensivo para el pueblo de Jijona. Cuanto menos.

Debería dedicar otro programa El Comidista a los turrones específicamente de Jijona, a su tradición y amor al oficio; y a resaltar la figura del maestro turronero. Por ejemplo.

 

La vida es corta, pero dulce! La vida és curta, però dolça!

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